24-07-16.-
Encuentre el estudiante un sitio de
paz en su interior para trabajar en sus bloqueos. Elimine de su mente toda
forma de creencia de separatividad; la forma de hacerlo es advirtiendo la
‘creencia-forma’ cuando aflora en la manera de pensar, expresar y actuar, para
luego trabajar en ello con las herramientas útiles(1) que se han
ofrecido para eliminar formas de pensamientos.
La
autoobservación es lo primero en este trabajo, pero deben los estudiantes
conocer la orientación del “Trabajo Interior” para que la ‘autoobservación’
tenga una base sólida y clara del sentido y objetivo del Trabajo. Este sentido
es el despejamiento de la Ilusión en la cual la mente humana ha caído al
identificarse con creencias de todo tipo, que aún muchos, inclusive estudiantes
aspirantes, defienden como si fuesen grandes e irrefutables verdades.
Lo siguiente debería ser entendido
por todos los estudiantes:
El mundo de las creencias es tan
solo una esfera de ‘vida-energía’ dentro de la bastedad de la MENTE UNIVERSAL.
‘La creencia’ existe como una minúscula parte de esta Gran Mente infinita, como
una franja muy delgada dentro de la Evolución, ya que la creencia no existe en
los reinos infrahumanos y deja de existir cuando el ser humano sobrepasa la
experiencia del intelecto, y esto, a nivel evolutivo cósmico, es un abrir y
cerrar de ojos para BRAHMA.
Las creencias son formas de
energía de pensamiento con color y cualidad, pero ninguno de tales “objetos de
la mente” tiene ‘verdad’ en la categoría de lo Eterno y Absoluto, pues toda creencia en un ‘objeto vibracional’ o “cuerpo de
vibraciones” en la esfera mental capaz de elevar o disminuir la vida de la
conciencia según sea la cualidad y color de la forma mental.
Pero jamás una creencia es LA VERDAD, a lo sumo puede ser “un reflejo” de
alguna energía más elevada que la del campo del pensamiento, pero, repetimos, nunca
una creencia debería ser entendida como “la Verdad misma”, por el simple
hecho de que toda verdad es verdadera y cierta ‘cuando se vive’ enteramente,
directamente, experiencialmente, no cuando se piensa en ella…
El
pensar en ciertas hipótesis de la Verdad, o de ciertas verdades, es útil y
necesario para el alma estudiantil que, extraviada entre los laberintos de las
formas materiales y mentales, y confundida con el dictamen sensorio del cuerpo
y con el agitado y cambiante mundo del deseo, aún viaja por un camino de
“búsqueda de la verdad”.
“La búsqueda” es un
sendero que despierta el intelecto, vitalizando y fortaleciendo sus facultades
y que finaliza, tras un largo camino místico-filosófico, en la experiencia
directa de ‘la Verdad del Ser’.
“La
búsqueda” está llena de obstáculos mentales y astrales que el estudiante debe
aprender a ‘ver’ y superar, haciendo de su intelecto un eficaz laboratorio interno que se vuelva capaz de generar la viva
energía del DISCERNIMIENTO.
Sin
REFLEXIÓN el viajero buscador de la Verdad queda detenido en ‘espejismos astrales’ llenos de
sugestivos y cambiantes colores que pueden hipnotizar la conciencia del incauto
estudiante, y también queda varado en ‘ilusiones
mentales’, creencias dogmáticas que son tomadas como “La Verdad”, lo cual
ata a la mente e impide el necesario
movimiento fluídico y ascendente de la conciencia por la Escala Vibratoria.
Por eso es tan importante para ‘el viajero buscador’ que medite en “el
DESAPEGO”, tanto de todos los objetos del mundo del deseo como del mundo de las
ideas.
“El progreso del alma humana” es como el ascenso por una Gran
Escalera en la cual cada escalón representa una vibración que debe activarse en
la conciencia.
Cada
vibración puede estar reflejada en una determinada “creencia”, pero ningún
‘escalón’ es la Verdad, sino pasos ascendentes hacia La Verdad. La cima de la
Escalera sería (para el alma humana en la actual raza aria) “LA FILOSOFÍA DEL
SER”. Este último escalón de la Dorada Escalera es, esotéricamente, “la Piedra
Filosofal” de los antiguos alquimistas, pero aún esta misma ‘Piedra Filosofal’
o ‘Piedra de los Filósofos’ no es la verdad misma, sino el puente final, el
último paso que el filósofo construye con honda meditación, tras el cual debe
colocar su próximo pie en el vacío… Cuando ‘la conciencia que busca’ ha llegado
a ‘la cima’ significa que ya no existen escalones, ya no hay escalera que
subir con el intelecto…, pero aún así el peregrino escucha el Llamado
interno que lo invita irresistiblemente a ir más allá, abandonando ‘el último
escalón’, y superando el aferramiento a la Escalera, que representa “lo
conocido”, “las creencias”, da el paso
hacia ‘el vacío’… Todo lo construido debe ser abandonado, todo lo edificado en
el campo del pensamiento ya no servirá en la experiencia del más allá, en la
Supraconciencia…
“El paso en el vacío” no obedece al
proceso del pensamiento sino a la Intuición, y es un acto de fe y entrega a
vivir en El Ahora, que es el Ser Uno Atemporal, dejando todo miedo e
inseguridad atrás… Pero decirlo aquí ‘no es la verdad’, sino tan solo ‘un
reflejo’ de Algo que debe madurar en la conciencia o alma, hasta aflorar como
experiencia directa y vivencial. De nada servirá desear llegar a esta Cima,
porque el “desear ser” y el “desear llegar y obtener” es deseo, es decir, está en el terreno del ilusorio yo psicológico
que sigue intentando llenarse, fortalecerse…
Todo
logro ha de lograrse sin que el yo ilusorio se fortalezca,
y
para ello ‘el estado de alerta’ ha de ser constante;
y
todo ha de conquistarse paso a paso.
En la
conciencia o alma todo sucede comparativamente a como ocurre con una semilla,
la cual debe germinar, brotar, crecer y convertirse, a través de múltiples y
diversos estados de su desarrollo, en el frondoso frutal con maduros frutos…, o
acaso en el más bello rosal lleno de fragancia, belleza y color… Así ocurre con
el desarrollo del cuerpo causal o cuerpo álmico, donde la semilla de la
autoconsciencia debe brotar, crecer, madurar y dar el más bello fruto de
Sabiduría y Virtud. Durante el avance y la adquisición de algunos logros en la
conciencia, cualquier envanecimiento y sentido de autoimportancia es sigo de que “aún hay
trabajo por hacer”…
El
sentido del TRABAJO INTERIOR es la preparación del terreno para hacer del
agreste jardín del alma inmadura lleno de imperfecciones, el más acabado jardín
lleno de diversidad y cualidad en forma y color, en donde ya las malezas del
orgullo, la ira, el odio, y tantas otras, han sido retiradas por ‘el
Jardinero’…
Cuando un fruto llega a su maduración en el árbol, se vuelve
dulce y comestible. Nadie puede apurar la maduración de los frutos para que se
vuelvan dulces y comestibles, y no servirán excesos de fertilizantes… que un
inexperto y ansioso jardinero pudiera suministrar. El experimentado Jardinero
sabe que “todo tiene su tiempo en la Naturaleza” y esto es cierto tanto para la
vida física como para la vida del alma o conciencia.
Hoy la Humanidad,
en su conjunto,
es aún ‘un fruto en
proceso de maduración’
Entender esto no es poca cosa, ya
que evitará actitudes de crítica y “cruzadas para hacer justicia” por parte de
muchos estudiantes, que, aunque bien intencionados, adolecen de ‘comprensión’
más honda.
La Humanidad está aún en su etapa
“adolescente”, recién dejando atrás la etapa infantil… Es adolescente por que
adolece, padece y sufre por la falta de Sabiduría, debido a que está en un
agitado proceso de transición hacia una conciencia más madura y de mayor
estabilidad. Como es sabido, la adolescencia está llena de inestabilidad y
agitación porque se operan cambios en lo interno y a través de circunstancias
de la vida que producen crisis al no tener claridad y madurez para
enfrentarlas. La naturaleza del llamado “deseo” es el factor preponderante en
la inestabilidad de la consciencia adolescente, y hasta que la Humanidad no
haya superado la etapa astral-emocional que caracteriza a la adolescencia para
pasar a la preponderancia de la etapa mental que caracteriza a la adultez,
donde rige la razón por sobre la emocionalidad,
para pasar finalmente a la ‘etapa
intuicional’, no encontrará la paz estable que busca y de la que, por
ahora, globalmente adolece.
La Humanidad (siempre hablando en
general, tomando en cuenta el estado del mayor porcentaje numérico de seres
humanos) vive aún atormentada por inseguridades, miedos y desengaños, y todo
ello debe acontecer y atravesarse para poder llegar, tras superar las
desafiantes experiencias, a una mayor y perdurable estabilidad de la
conciencia.
El logro de ‘la estabilidad de la
conciencia’ no significa que la conciencia o alma se vuelva inmóvil, ya que
nada está inmóvil en la evolución universal. Esta “estabilidad” se refiere a
que la conciencia ya no puede caer en los desequilibrios producidos por la
ignorancia de la Esencia Divina, lo cual conducía al apego a las formas y al
pasajero deseo. Pero ni la materia ni el deseo deben ser negados (como algunos
han mal interpretado), porque la negación de la materia y del deseo es también
cierto aspecto de ignorancia, ya que todo tiene su lugar en la evolución. En
cambio, encontrar el equilibrio, la
armonía y el valor y lugar de cada cosa en el sendero de la vida es ir dejando
la ignorancia de la adolescencia detrás; así la conciencia encuentra la
sabiduría y la paz.
Por el
momento solo unos cuantos millones de entre miles de millones de humanos han
llegado a “la estabilidad de la conciencia”, es decir, un porcentaje menor de
almas, mientras que el resto se debate entre las tumultuosas experiencias de
los mundos astral y mental inferior, con experiencias de dolor y duro karma.
Quienes logran la Paz interna son las almas que ya han comenzado
a salir de la adolescencia psicológica; son almas comparadas a “frutos maduros”
en las cuales ‘el dulce sabor de la Paz’ ya existe.
Esta Paz
es verdadera Paz, por supuesto, condición espiritual presente en el alma
madura, no esa paz (falsa) entendida corrientemente como ‘ausencia de conflicto
exteriorizado’, porque la ausencia de actos o manifestaciones de ira y
violencia puede estar encubriendo la presencia de tales energías astrales en
ebullición alojadas en el mundo subconsciente; y de hecho, eso es lo que ocurre
hoy en la Humanidad, y es a este tipo de
violencia y crisis encubierta, aún no exteriorizada en el plano físico pero muy
activa en el plano astral, a lo cual muchos llaman “paz”, siendo esta una “paz
negra”, el preludio y gestación de la tragedia…
La única
PAZ real y perdurable es a la que llega el alma peregrina después de subir
escalón por escalón las experiencias de comprensión, llegando hasta la cima de
“la síntesis”. Tras encontrar la síntesis, la esencia filosófica más profunda
de ‘la Comprensión’, el buscador se lanza al vacío del Ser insondable y eterno
en un acto de suprema Fe, destruyéndose en tal acto ‘el yo’ ilusorio y
transitorio, y naciendo así una Conciencia de Unidad lista para el sacrificio
por La Vida. “El buscador” ha desaparecido… y queda en su lugar “un Faro”…
Este es
un llamado para el DESPERTAR de los dormidos en los espejismos de entusiasmos
pasajeros e inconsistentes del mundo astral del deseo, y a los dormidos en
ideales y creencias que han erigido como “normas de vida”, lo cual, aunque
habiendo servido como necesario ‘escalón’ para avanzar en cierta etapa, deben
ser superados para ir más allá…
No detengáis vuestra marcha
hasta la cima del Monte Merú; no os contentéis con los picos menores del
Everest… Seguid escalando y escalando, con ‘las fuertes piernas y manos de la
conciencia’ que son “el pensamiento libre y siempre creativo”. Trepe el
estudiante a través de la reflexión elevándose cada vez más, sin jamás quedar
apegado, varado e inmóvil en algún escalón de creencia…
El “Trabajo Interior” comienza con la autoobservación y el pleno
conocimiento de ‘La Meta’ del Ser en la Unidad. No lo olvidéis nunca. Que
este sea vuestro Faro, y al avanzar lo suficiente…, en Faro os convertiréis, un
Faro de Luz para los navegantes del inmenso mar de la Conciencia.
Aprovechad
estas enseñanzas para avanzar en vuestro ‘Trabajo Interior’.
Que la
Paz os compenetre y el Manto Celeste os cubra.
Un Servidor de la Luz.